Las picaduras de insectos, como mosquitos y moscas, son comunes durante el verano, especialmente en áreas cercanas a la naturaleza o en zonas con agua estancada. Además de las molestias físicas que causan, las picaduras pueden transmitir enfermedades si no se tratan adecuadamente.
Para prevenir las picaduras, es recomendable usar repelentes de insectos que contengan DEET o aceite de citronela. También, usar ropa de manga larga y pantalones largos puede ofrecer una protección adicional. Si vas a estar en áreas al aire libre durante las horas de mayor actividad de los insectos, como el atardecer y la madrugada, considera llevar un mosquitero o una tienda con malla.
En caso de picaduras, es importante no rascarse, ya que esto puede provocar infecciones. Puedes aplicar cremas antihistamínicas o calmar la zona con aloe vera o vinagre de manzana para reducir la inflamación y la picazón.