El resfriado común es una de las enfermedades más frecuentes en los bebés, pero sus síntomas pueden ser difíciles de manejar debido a su limitada capacidad para comunicarse. Aunque los resfriados generalmente desaparecen por sí solos en unos pocos días, hay formas de aliviar los síntomas y hacer que el bebé se sienta más cómodo.
En primer lugar, mantener al bebé hidratado es esencial. Ofrécele líquidos con frecuencia, como leche materna o fórmula, para evitar la deshidratación. El aire seco puede empeorar la congestión, así que usar un humidificador en la habitación puede ayudar a mantener las vías respiratorias del bebé más despejadas.
La congestión nasal es uno de los síntomas más molestos para los bebés. Utilizar una aspiradora nasal o gotas salinas específicas para niños puede ayudar a despejar las fosas nasales. Recuerda no utilizar medicamentos para la congestión en bebés menores de 2 años, ya que pueden ser peligrosos.
Para aliviar la tos, mantén al bebé en posición semi-erigida mientras está despierto. Esto puede facilitar la respiración y reducir el malestar. Además, un baño de vapor o una ducha caliente puede ayudar a aliviar la congestión.
Si el bebé tiene fiebre, es importante monitorear su temperatura y, si supera los 38°C, consultar a un pediatra. Evita darle medicamentos antipiréticos sin la recomendación de un médico. En su lugar, puedes intentar aliviar el malestar con ropa ligera y un ambiente fresco.
Finalmente, recuerda que el resfriado común generalmente no requiere intervención médica a menos que los síntomas empeoren o el bebé tenga menos de 3 meses. Si el bebé presenta dificultad para respirar, fiebre alta o signos de deshidratación, consulta a un médico inmediatamente.